El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tendrá que pelear por el resguardo y el cuidado de las momias de Guanajuato de cara al futuro, luego de que se confirmaran diversos daños durante la realización de una nueva museografía en el recinto, pero sin el aval del instituto.
Así lo detalla a Excélsior Olga Adriana Hernández, titular del INAH Guanajuato, quien asegura que, de forma preliminar, se sabe que las autoridades del museo y de Cultura –Ricardo Carlos Rodríguez y Antonio Borja, respectivamente–, autorizaron modificaciones en la museografía, sin contar con un proyecto o sin que éste fuera revisado y avalado por el INAH, lo que derivó en daños a los cuerpos áridos, como el desprendimiento de un brazo, fracturas en el cuello de una pieza y la aplicación de insecticida casero para exterminar gusanos, en otro.
De momento, la titular afirma que aún no se concluye el informe con el inventario de daños, pero sí lamenta que las autoridades culturales del municipio violaran el convenio firmado, entre la autoridad federal y local.
Todo inició el pasado 30 de abril cuando el presidente municipal de Guanajuato, Alejandro Navarro, escribió el siguiente mensaje en la red social X: “Dense la vuelta por el Museo de las Momias, ya hay nueva museografía y todas las piezas ya están recostaditas, tal y como nos lo recomendaron”, en alusión a las recomendaciones del INAH (Excélsior 22/02/2022).
Entonces la dependencia envió un oficio al alcalde para obtener los pormenores del proyecto, pero, ante la falta de respuesta, se hizo un segundo requerimiento, el cual tampoco ha sido atendido.
El pasado martes el INAH Guanajuato recibió fotografías de los daños. “Hicimos la inspección y todas las momias ya están recostadas, pero lo que nos preocupó fue no conocer el proceso, el equipo y los materiales con que lo hicieron, porque no es como agarrar un objeto de barro”, detalla Hernández.
Insiste en que esos trabajos debieron realizarse a partir de un proyecto de museografía que el INAH tuvo que autorizar con sus áreas de Monumentos, Restauración, Antropología y Museografía, lo cual no ocurrió, pese a que desde 2021 el INAH y el municipio firmaron un convenio de colaboración para estudiar, catalogar y restaurar las momias, dividido en cuatro etapas.
Asegura que en junio debería iniciarse la tercera etapa para identificar y datar los cuerpos áridos. Pero una vez obtenidas las imágenes acudieron al museo.
Cuando supimos del problema, inmediatamente se fue a verificar la información. Fue un arquitecto y un restaurador (del INAH), y nos comentan (según un testigo) que la momia mal llamada El apuñalado, cuando la movieron de lugar se le movió el brazo, así que imagínate cómo las moverían –pero eso será una segunda investigación– y que cuando la pasaron a las nuevas vitrinas estaba a punto de desprenderse el brazo, lógicamente, con el movimiento, se desprendió.
Lo que (los expertos) vieron es que esa parte del brazo ya fue puesta en su lugar, pero con hilos. La restauradora me comenta que no se sabe si se utilizó hilo de cáñamo o normal. Mientras que, en el caso de la momia con el cuello fracturado, ya le pusieron un cojinete en la cabeza”, al igual que a las demás momias.
Por tanto, la hipótesis es que el trabajo realizado en el Museo de las Momias de Guanajuatose hizo sin el conocimiento, sin el material ni el equipo adecuados. “Aún no tengo el reporte, pero habrá muchas inconsistencias con estas nuevas fotografías”, lamenta.
Como paréntesis, expone: “Yo diría –porque ahí hay cuerpos de finales del siglo XIX, que son competencia del INAH, y otros de los siglos XX y XXI– que, si bien, habrá momias de las que sí tengamos la competencia, por la antigüedad para poder cuidarlas y otras que no, yo creo que pelearía el Instituto por cuidar todas”.
De momento, la titular considera necesario que el equipo que ha trabajado en el estudio de los cuerpos áridos acuda cuanto antes a Guanajuato para contrastar las imágenes que registraron, en noviembre pasado, con las de hace unos días, además de que Antonio Borja deberá acudir al INAH para explicar lo ocurrido y por qué no se informó al INAH.
¿Cuántas momias afectadas se registraron? “Todavía no (tenemos el dato). No se podrá definir hasta que vengan los antropólogos (del proyecto)”.
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